Mi prenda favorita es un sombrero de fieltro verde sin su pluma. Lo uso si acaso una vez al año, no va con el tiempo de mi isla.
Esta vez en carnaval, emulando a la mujer con sombrero de los amores cobardes, me cuesta meterme en ese personaje, no soy, pero no me queda mal, oye. La vez anterior en el día más frío que acabó siendo el más divertido de aquel año aún extraño. Diría que fue ese día el que dejamos el miedo y florecimos tras año y medio de otoño, pero igual lo confundo con otro. Lo seguro es que cada vez, a mi cabeza vienen junto con el sombrero imágenes de mi madre, no sé si las he visto en fotos o solo están en mi imaginación: ella con 20ypocos, se parece a mí pero muchísimo más guapa, ojos tímidos, sonrojada, tratando de esconderse bajo el sombrero y solo consigue resaltar más, imagino que se dio cuenta y por eso lo dejó aparcado tantos años en el perchero esperando un día que le apeteciera volver a ser el centro de las miradas. Ya sin el pudor de la juventud y la elegancia que le han dado los años, el reconocerse y quererse, intuyo que el momento está cerca… Venga, te lo devuelvo, te queda mejor, te pertenece, te perteneces.
Esta historia la ha escrito Silvia Tejera para el sorteo “Una historia de amor” en el que os invitamos a compartir la historia de amor con vuestra prenda favorita. Muchísimas gracias por participar, Silvia.