Teixidors nació hace algo más de 40 años en Terrassa. Por aquel entonces, la ciudad era muy distinta. Las fábricas textiles dominaban el paisaje y la vida de una ciudad en la que la mayor parte de la población trabajaba en el sector textil de forma directa o indirecta. Después llegó la deslocalización, la industria de la moda rápida y barata a costa de los trabajadores, y las fábricas comenzaron a desaparecer. Comenzaba la era del fast fashion.
En este contexto nacía Teixidors. Al principio, sus fundadores, Juan Ruiz y Marta Ribas, solo buscaban una terapia que mejorara la vida de personas con algún tipo de discapacidad psíquica. Pronto descubrieron que algunos telares manuales muy utilizados durante el siglo XIX tenían muy buenos resultados y no se lo pensaron: ningún lugar como su ciudad para comenzar un gran proyecto textil.
En el mismo taller donde se encuentra en la actualidad Teixidors construyeron los telares de madera y formaron a 6 trabajadores para poder empezar a producir. Rápidamente se dieron cuenta de que no estaban contratando a nadie “discapacitado” sino a personas con una capacidad espectacular para afrontar trabajos artesanales que requieren una minuciosidad y dedicación no apta para personas “normales”.
Ahora trabajan en Teixidors más de 42 personas. El hecho de que sea un proceso completamente manual hace que cada máquina se mueva al ritmo de su trabajador, posibilitando acabados únicos de una calidad excepcional, con un consumo energético mínimo. Además, las materias primas son las mejores: lana, cashmere, lino, seda y yak, provenientes de granjas con proyectos sociales y sostenibles.
Visitar el taller de Teixidors es una experiencia emocionante y enriquecedora. Es conocer a una gran familia. Todo el mundo se siente parte de una empresa donde, a pesar de que la búsqueda del beneficio económico es lo de menos, trabajan personas altamente cualificadas, implicadas y satisfechas.