Fue en la presentación de un libro en el colegio. No recuerdo el título ni el nombre del escritor pero sí que todo sucedía en el Machu Pichu y que al autor se le había ocurrido la historia en un viaje a Perú. Mientras nos hablaba del libro proyectaba diapositivas de lugares maravillosos y yo […]
No puedes hacerlo todo. Aunque lo tengas decidido, aunque te lo apuntes en la agenda, aunque lo sueñes varias veces a la semana. Igual que no puedes contar las gotas de lluvia que repiquetean en el cristal, ni entender todas las noticias con las que se ha inaugurado el año.
En un lugar muy muy cercano hay una fábrica donde da gusto entrar, donde se producen con mucho orgullo productos que destacan por su belleza pero, sobre todo, por la historia que tienen detrás.
Los colores de enero son tenues. Reinan las nubes, la niebla, la humedad. Como si no se quisieran desvelar todavía los paisajes del año nuevo, tal vez para tendernos una enorme hoja en blanco en la que dibujar nuestros sueños y propósitos para todas esas semanas sin estrenar.
