Hay dos hechos que influyeron decididamente en el nacimiento de la marca de accesorios y decoración artesanal y fabricada en España Minipicnic, y los dos le vienen de familia a su creadora.
El primero es su vínculo con el textil. Terrasa es una de las capitales del textil catalán, lo que significa que muchísimos de sus habitantes trabajan o trabajaban en el sector, entre ellos gran parte de su familia. El padre de Marta era encargado de un almacén textil, su madre solía coser para diversos talleres, sus abuelas eran tejedoras, sus abuelos trabajaron en fábricas de tintes y sus bisabuelos en fábricas textiles.
El segundo hecho es que en casa de Marta, desde siempre, todo se hace con las manos. Si hay que reparar algo o construir algo, antes de pedir ayuda, lo intentan hacer por sí mismos. Por eso ella no le tiene miedo a las manualidades ni a nada que tenga que hacer por primera vez. Lo aprende y lo hace.
Un día, una amiga le enseñó a hacer bolsos. Su padre, al ver que le gustaba y se le daba bien, empezó a llenarle la casa de retales preciosos que traía del almacén. Y así, aprendiendo, evolucionando, se le ocurrió que podía hacerlo en serio.
Como necesitaba una buena imagen corporativa, se puso a estudiar diseño gráfico. Por aquel entonces no sospechaba que estos estudios cambiarían sus productos para siempre.
El primer cambio, además de su nombre y logo, fue la decisión de crear sus propios estampados. De manera autodidacta, aprendió a fabricar sellos artesanalmente, lo que le permite personalizar sus estampados para cada diseño.
Su marca es 100% coherente con su filosofía de respeto a la naturaleza y a las cosas bien hechas. Solo utiliza materiales naturales, mayormente algodón, adquiridos en talleres de proximidad, y los aprovecha hasta el último centímetro.
Pero esta historia no ha hecho más que empezar, ya que Minipicnic está en constante evolución. Seguro que pronto nos sorprende con nuevas aventuras.