Mireia Viladomiu es de familia textil. Desde siempre, se recuerda rodeada de telas y con una máquina de coser con la que, ya de adolescente, cosía lo que no podía comprar.
Con el paso de los años y la aparición de las tiendas de moda rápida, su vocación por lo textil prácticamente desapareció, hasta que en 2011 volvió a cruzarse en su vida, convirtiéndose en una actividad casi terapéutica. Por aquel entonces cosía para ella misma y sus amigos.
La casualidad también quiso que Mireia tropezara con un almacén de telas cerrado. No eran telas cualquiera, eran telas que servían para forrar colchones, de algodón y con estampados adamascados y combinaciones de colores preciosas, a pesar de que habían sido fabricadas para no verse nunca. Se enamoró.
Ese almacén cerrado fue la chispa para que esa afición se convirtiera en mucho más. Decidió lanzarse y darles una segunda oportunidad a esas telas que tanto la habían cautivado. Si ya no servían para forrar colchones, se convertirían en bonitos bolsos y complementos.
Empezó a investigar y encontró la colaboración ideal: la Kooperativa Peñascal, una cooperativa textil de inserción laboral, que forma y da trabajo a personas que necesitan una segunda oportunidad.
Perpetum Mobile es un proyecto genial que trabaja bajo los principios de la economía circular, con una filosofía de residuo cero y de integración social y laboral, la demostración de que diseño y sostenibilidad son una combinación perfecta y, sobre todo, posible.