Analizando el ciclo de vida en la moda

Fabricar un par de pantalones vaqueros consume 7.500 litros de agua. Muchos tenemos esa cifra grabada en nuestra memoria: es el equivalente a lo que una persona bebe de media en siete años. Pero, ¿cómo se calcula exactamente ese dato? En todos esos litros se incluye desde el agua usada para cultivar el algodón (el regadío y la evaporación suman el 92% de la huella hídrica de los vaqueros) hasta la fabricación y el teñido. Y a esto todavía habría que sumarle el agua consumida durante su uso. Las cifras forman parte de lo que se conoce como análisis de ciclo de vida de un producto.

Claro que los 7.500 litros reflejan el consumo de agua de un par de pantalones convencionales. Si los vaqueros están hechos con tejido reciclado, la huella hídrica se desploma (ese 92% necesario para cultivar la materia prima desaparece casi por completo). Lo mismo sucede con el resto de impactos de la industria de la moda. La moda sostenible reduce la contaminación química, las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua asociados a todo el ciclo de vida de una prenda. Pero, ¿cómo funciona exactamente el análisis de ciclo de vida de un producto?

mono de punto reciclado hecho en Barcelona
Mono de punto reciclado hecho en Barcelona

El impacto ambiental de la moda

Cada año se producen entre 100.000 y 150.000 millones de prendas de ropa en todo el mundo, según datos de McKinsey y la Fundación Ellen MacArthur. La industria de la moda rápida o fast fashion tiene cada vez un peso mayor en estas cifras de producción. Todo esto, claro, tiene un impacto ambiental. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (UNEP), estos son algunos de los principales impactos ambientales de la industria:

  • Cambio climático. La moda emite anualmente más de 3000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, más que todo el transporte aéreo y marítimo combinado.
  • Agua. Solo la confección de las prendas consume 215 billones de litros de agua cada año.
  • Uso de la tierra. Cada año se talan 140 millones de árboles para fabricar viscosa y el algodón ocupa el 2,5% de todas la tierra cultivable del planeta.
  • Degradación de los ecosistemas. El cultivo de algodón convencional utiliza 200.000 toneladas de pesticidas y 8 millones de toneladas de fertilizantes cada año (el 16% y el 4%, respectivamente, del consumo mundial).

La lista de impactos, extraídos del informe Sustainability and Circularity in the Textile Value Chain de la UNEP, podría seguir un buen rato. Para calcularlos, la agencia de la ONU utiliza el análisis de ciclo de vida, la metodología más extendida en la actualidad para conocer la huella ambiental de un producto.

¿Qué es el análisis de ciclo de vida de un producto?

Tal como recoge la propia publicación de la UNEP, el análisis de ciclo de vida (ACV o LCA, por sus siglas en inglés) es una técnica de evaluación que analiza el desempeño ambiental de un producto o un servicio a lo largo de toda su vida, desde la extracción de las materias primas hasta su desechado y la gestión de sus residuos. En cada etapa del ciclo de vida, se cuantifican de la forma más detallada posible los impactos de la extracción de recursos, las fuentes de contaminación y las emisiones de sustancias al aire, el agua y el suelo. Sin embargo, esta no es la única definición del ACV.

Según la agencia medioambiental de la Unión Europea, el análisis de ciclo de vida es un proceso de evaluación de los efectos que un producto tiene en el medioambiente durante toda su vida, con el objetivo de aumentar la eficiencia en el uso de los recursos y reducir los impactos. Los elementos clave en dicho análisis son identificar y cuantificar las cargas ambientales (como la energía y las materias primas consumidas), evaluar los impactos ambientales potenciales de estas cargas y evaluar las opciones para reducir estos impactos ambientales.

¿Para qué sirve el análisis de ciclo de vida?

El análisis de ciclo de vida de un producto o un servicio parte de un enfoque conocido como “de la cuna a la tumba”, una traducción literal del inglés from cradle to cradle o C2C. Es decir, su fin último es aportar la información necesaria sobre la huella ambiental de los productos para que estos acaben diseñándose teniendo en cuenta todos los aspectos ambientales de las materias que los componen, los procesos industriales que intervienen en su fabricación, su transporte, su comercialización, su uso y su destrucción o reciclaje una vez llegan al final de su vida.

En definitiva, los resultados de un análisis de ciclo de vida sirven para que las empresas, los gestores y los políticos y otras organizaciones puedan tomar decisiones más informadas para avanzar hacia la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental de sus productos. Entre otras cosas, proporciona información crítica para:

  • Mejorar el diseño de procesos y productos.
  • Permitir la mejora continua.
  • Completar procesos de verificación por parte de terceros.
  • Cuantificar impactos clave, como, por ejemplo, las emisiones de gases de efecto invernadero o la huella de carbono (algo obligatorio por ley en determinadas industrias).
  • Establecer políticas y objetivos de sostenibilidad.

¿Cómo se hace un ACV?

Esta metodología de análisis de la huella ambiental de un producto tiene en cuenta todos los impactos existentes en cada una de las cinco fases de un ciclo de vida: extracción de las materias primas, fabricación o manufactura del producto, transporte y distribución, uso durante toda su vida útil y disposición final (tanto si acaba siendo destruido como reciclado). En cada una de estas fases deben tenerse en cuenta a su vez los impactos de los inputs (materiales, agua o energía) y de los outputs (emisiones, residuos sólidos, aguas contaminadas, etc.).

Además, los análisis de ciclo de vida pueden centrarse en evaluar el impacto de un producto en una o varias categorías ambientales. Estas categorías varían en función de las metodologías empleadas, pero algunas de las más habituales son el potencial de calentamiento global, el consumo de agua, la acidificación del suelo terrestre, la eutrofización (contaminación del agua por exceso de nutrientes) o el agotamiento de los combustibles fósiles u otros recursos.

Marcos de trabajo para un análisis de ciclo de vida

Aunque todas comparten objetivos, existen multitud de herramientas y marcos de trabajo para completar un análisis de ciclo de vida. Durante los últimos 30 años, la International Standarization Ortanization (ISO) ha intentado estandarizar estas normas. En un principio, se trabajaba con los siguientes estándares:

  • ISO 14041. Busca definir el objetivo y el alcance del análisis.
  • ISO 14042. Busca evaluar el impacto del ciclo de vida.
  • ISO 14043. Busca interpretar todos los datos recabados.

En el año 2006, con el objetivo de armonizar las metodologías desarrolladas e incluir el conocimiento científico más avanzado se propusieron dos nuevos estándares, que hoy son los más utilizados.

  • ISO 14040 de gestión ambiental. Establece los principios y el marco de referencia del análisis de ciclo de vida.
  • ISO 14044 de gestión ambiental. Recoge todos los requisitos y directrices de un ACV.

El impacto de una camiseta: un ejemplo de análisis de ciclo de vida en la moda

Analizar los impactos de una prenda de ropa a lo largo de todo su ciclo de vida es complejo y requiere de un estudio profundo de todos los procesos, materiales y usos involucrados. Sin embargo, vamos a intentar resumirlo. Basándonos en los datos facilitados por la UNEP, así se vería a grandes rasgos el análisis de ciclo de vida de una camiseta de algodón convencional.

Fase de ciclo de vida Proceso Aportes/inputs Producciones/outputs
Materias primas: producción de fibras Cultivo del algodón Agua, energía y productos químicos Emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación de acuíferos y tierras
Recolección y procesado
Fabricación de la fibra
Fabricación del tejido Preparación del hilo Materias primas, energía y productos químicos Emisiones asociadas a la energía consumida y posible contaminación química
Tejido del hilo
Fabricación de la camiseta Blanqueado o teñido Agua, productos químicos y energía Contaminación de ríos y acuíferos y emisiones de gases de efecto invernadero
Confección
Distribución y consumo Distribución y venta al por menor Energía Emisiones de gases y partículas contaminantes
Uso Agua y energía Gasto de recursos hídricos,  contaminación del agua y emisiones
Fin de vida Recolección Energía Emisiones
Destrucción o reciclaje Energía y agua Emisiones y contaminación del suelo y del agua

 

Evidentemente, las cantidades y los impactos variarán mucho en función de los métodos de cultivo empleados,  el tipo de fibra, la proximidad del centro de producción al punto de venta, el uso que se haga de la camiseta y la utilización del tejido una vez haya completado su ciclo de vida. En este artículo te explicamos, por ejemplo, todas las diferencias entre usar algodón convencional y usar algodón orgánico.

Hacer una compra y un uso responsable de la prenda (comprando ropa de calidad, alargando su vida útil y reduciendo lavados) también influirá mucho.  Como consumidores, siempre podemos apostar por marcas de ropa sostenible, que usan materiales reciclados y sostenibles, contribuyen a la economía circular y trabajan por minimizar los impactos de la moda a lo largo de todo su ciclo de vida.

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