“En esta temporada de confinamiento, aunque mi pierna esté toda de una pieza, he empatizado más con L. B. Jefferies, protagonista de “La Ventana Indiscreta”, y cada día he descubierto algo que, a pesar de que siempre había estado muy cerca, nunca antes me había llamado la atención.”

He aprendido que todos estamos más conectados de lo que nos parece. Somos vulnerables y tenemos que cuidarnos los unos a los otros. Y estoy valorando aún más los pequeños placeres de la vida en libertad.

Me gustaría que el mundo se diera cuenta de lo importante que es nuestro planeta, del aire que respiramos, de nuestro mar, nuestra tierra, la naturaleza… Sin tantos coches, sin tantos barcos, sin tantas fábricas contaminando…

No hace falta correr, no hace falta hacer mil cosas, no hace falta llegar a todo. Solo a lo esencial. A mi yo de hace 10 años le diría justamente que no hacía falta no parar.

Es un aprendizaje y una reflexión de lo vulnerables que somos y cómo estamos sometidos a la presión económica.

Espero que la gente se de cuenta de que el planeta necesita un respiro. Solo en un mes, se han producido mejoras medioambientales brutales, como la limpieza en los canales de Venecia o las nubes de contaminación de las grandes ciudades que han desaparecido. También que es necesario valorar lo que tenemos aquí, ayudar a […]

Me gustaría compartir algo que pueda ayudar a quien lea esto. Yo lo he ido aprendiendo y ahora cobra sentido. Para mí lo que se va a quedar es el aprendizaje de que nada es seguro. Aprender que podemos cambiar, sin dramatizar.

Más vale tener una buena inteligencia emocional que masters y licenciaturas. Hay que prepararse para cambiar de rumbo a menudo en un mundo donde la realidad es muy liquida.

Lo que me gustaría es que los gobiernos y propietarios de grandes empresas y bancos (aka: “los que mandan”) aprendieran de esta y tomaran medidas para conservar el medio ambiente. Hemos visto estos días que podemos hacer grandes cambios!