Los consejos de empresa de Debosc tienen lugar durante la cena. Allí deciden qué ideas de nuevos productos van adelante o si es necesario introducir mejoras en los actuales.
DEBOSC es una empresa familiar de verdad, con nombres y apellidos. Bosch es el apellido del padre (en catalán arcaico significa bosque) y Roura el de la madre (roble en catalán). Y, por si la casualidad o causalidad no fuera suficiente, viven en Anglés (Girona), un pueblo de la comarca de la Selva.
Todo comenzó cuando a Lluis, el padre, comercial de una empresa maderera, se le ocurrió emprender un proyecto que utilizara la madera, ese material que tanto conoce, para solucionar de forma sencilla y agradable los problemas cotidianos de la gente.
Empezó a dibujar y un día cogió las herramientas y diseñó el primer producto de Debosc. Su mujer y sus hijas se emocionaron al verlo y muy pronto el garaje se convirtió en un taller.
Teia, la madre, es la manitas que todo lo soluciona y que además se encarga de coser, empaquetar y dar los toques finales a los productos de Debosc. Raquel, la hija pequeña, es la responsable de la imagen y la dirección artística de la marca y, con Eva, la hija mayor, se ocupan de las redes sociales y la página web.
Todos los productos de decoración de Debosc son de madera procedente de bosques gestionados de forma responsable. Los materiales y la producción se realizan entre el taller y diferentes empresas de la zona.
Todos los productos de Debosc tienen que tener una utilidad y ser debatidos y aprobados por unanimidad en los consejos de empresa.