¿Alguna vez has pensado en cuántas lavadoras haces al mes? Lo más probable es que sean varias. Tal vez muchas.
Y en cada lavadora consumimos agua y energía y vertemos detergentes que acabarán, de alguna forma, en mar y ríos.
Por eso es muy importante que nos preocupemos por comprar moda sostenible, pero hay que tener en cuenta que, si analizamos el ciclo de vida de una prenda, la fase del uso es una de las más relevantes en cuando a huella ambiental, especialmente en lo que se refiere a uso de energía y huella de carbono.
Y la forma en la que lavemos y cuidemos nuestras prendas puede ayudar a reducir su impacto de forma muy significativa.
Por lo tanto, una parte fundamental del consumo responsable en la moda, es el lavado sostenible de la ropa. Y de eso vamos a hablar hoy.
Comienza por el principio: la etiqueta de lavado de la ropa
No solemos leer las instrucciones de los productos que compramos. Muchísimo menos las etiquetas de lavado de nuestras prendas pero, si queremos que nuestras prendas duren mucho tiempo, es muy importante tener claro cómo debemos cuidarla.
De hecho, te recomendamos que leas la etiqueta de lavado incluso antes de comprar una prenda porque así evitarás comprar ropa que exija cuidados que no encajan en tu día a día. Por ejemplo, lavar en seco.
Un consejo para tu salud: lava antes del primer uso
Cuando compramos una prenda de ropa, esta ha pasado por infinidad de manos en el proceso de confección.
Por lo tanto puede tener gérmenes producto de la manipulación, polvo, restos de tratamientos textiles que se usan para mejorar los acabados y otras substancias que se hayan usado durante el proceso de producción, especialmente si se trata de prendas que no son ecológicas.
Así que, ya sabes. Cuando compres una prenda de ropa nueva, lávala antes del primer uso.
Si puedes, lava a mano
Lo sabemos. En estos tiempos, lavar a mano no es demasiado compatible con la vida. Sin embargo, antes de comenzar con los consejos para lavar la ropa, queremos recomendarte que intentes lavar a mano las prendas más delicadas (por ejemplo, tus prendas de lana merino).
Es mucho más respetuoso con los tejidos porque en la lavadora siempre hay más fricción y más peligro de que las prendas se enreden unas con otras.
También es cierto que tendemos a gastar más agua por prenda al lavar a mano que en la lavadora. Más aún si usamos lavadoras con sistemas de máxima eficiencia, que es lo ideal. Pero este uso aumentado del agua se compensa con el ahorro de energía y con el hecho de que la vida de la prenda se alarga.
Para reducir el consumo de agua, usa un cubo de tamaño razonable y lava varias prendas a la vez. Lo primero te dará más consciencia del uso del agua y lo segundo te permitirá sacar más provecho del agua usada (y también del jabón).
Lava tu ropa lo menos que puedas
Es bastante habitual que lavemos prendas de ropa que apenas hemos usado. Lo hacemos por costumbre y porque es muy fácil tirarla en la lavadora. Y el resultado es que pequemos de exceso de lavado.
Esto es malo para la prenda y para el medio ambiente:
- En cada ciclo de lavado la prenda sufre un desgaste que va acortando su vida.
- Al lavar una prenda que no lo necesita, derrochamos energía, agua y detergente.
Por lo tanto, cada vez que te quites una prenda de ropa, evalúa si realmente necesita lavarse. Es posible que esté aún impecable o que baste con cepillarla y airearla un poco.
Consejos para el lavado sostenible de la ropa:
Y ahora sí, llega la hora de lavar la ropa y de hacerlo con el menor impacto ambiental, por el bien de todas y todos. ¡Vamos a por ello!
1. Lava con la lavadora llena
Es cuestión de aprovechar al máximo los recursos: llena bien la lavadora antes de ponerla a funcionar. Así reducirás los roces innecesarios, que deterioran los tejidos y ahorrarás agua y energía. Por cierto, si te interesa este tema, aquí tienes un artículo con consejos para ahorrar agua en el día a día.
2. No laves con productos que contaminan
Por contradictorio que parezca, la mayor parte de los detergentes que venden en los supermercados son de origen sintético, no biodegradables y bastante contaminantes.
Te aconsejamos usar un detergente ecológico certificado (hay alternativas a granel que salen muy bien de precio) o preparar tu propio detergente líquido a partir de jabón en escamas. Así te aseguras de que el lavado de tu ropa sea sostenible y más saludable.
3. Evita también el uso de suavizantes
Los suavizantes también contribuyen al deterioro de los tejidos y, además, afectan la calidad de las aguas. En general, la ropa no debería necesitar ningún suavizante pero también puedes usar media taza de vinagre en su lugar, y además ayuda a reavivar los colores.
4. Lava tu ropa con agua fría
En general, es mejor hacerlo con agua fría o, como máximo, a una temperatura de 30°.
Lavar con agua caliente reduce la vida de las prendas de ropa porque va desgastando las fibras a mayor velocidad. Además, se estima entre el 80% y el 90% de la energía que gasta una lavadora (de media) se usa para calentar el agua.
Actualmente, con la crisis energética mundial, este último punto es una cuestión de sostenibilidad y también es una cuestión económica. Que con los precios actuales, más nos vale reducir el consumo de energía eléctrica.
Por cierto: tendemos a pensar que el agua caliente es mejor para quitar las manchas y muchas veces tiene el efecto contrario. Por ejemplo, el agua caliente fija las manchas de sangre y al parecer sucede lo mismo con otras manchas orgánicas, como las manchas de sudor, leche o huevo.
5. Separa prendas de colores claros de los colores oscuros
Como lo hacía tu abuela, para evitar que manchen unas a otras. ¡No hay mucho que añadir!
6. no uses lejía
La lejía acelera el proceso de deterioro natural y puede manchar las prendas de color. Por el otro, la lejía tiene un impacto negativo de larga duración en los organismos acuáticos (de acuerdo a La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, ECHA).
7. conoce al percarbonato, su alternativa ecológica a la lejía
El percarbonato de sodio es un quitamanchas, desinfectante y blanqueador natural súper potente. También es conocido como peróxido de hidrógeno sólido o agua oxigenada sólida y es totalmente biodegradable.
Si tu ropa tiene alguna mancha difícil, puedes usar el percarbonato de sodio de distintas formas:
- Añade una cucharada de percarbonato de sodio al agua de remojo, antes de poner en la lavadora.
- Puedes hacer una pasta con una cucharada de percarbonato y un poco de agua, aplicarlo sobre la mancha y dejar por unas horas, antes de lavar en la lavadora. En caso de que la mancha sea sobre una prenda de color, haz una prueba primero en un lugar no visible de la prenda.
- Para blanquear la ropa blanca o clara, puedes añadir un cuarto de taza de percarbonato de sodio junto al detergente habitual.
8. Protege la ropa delicada en una bolsa especial
Las bolsas de malla para ropa delicada están hechas para que las prendas se laven pero reduciendo los roces, sobre todo si en la misma lavadora hay prendas con cremalleras y cierres metálicos.
Y aquí te dejo un dato: las bolsas para el cuidado de la ropa de toda la vida se cierran con cremalleras y estas tienden a dañarse demasiado rápido en mi experiencia. Pero las bolsas para comprar a granel frutas y hortalizas, como las de Bolseta, sirven para el mismo fin y no tienen cremallera. Eso sí, si las usas, da varias vueltas con el cordón y haz un lazo fuerte para que no se abran o, incluso, haz un nudo con la misma bolsa para que sea más fácil de abrir al acabar el ciclo de lavado.
9. Evita la secadora
Usar la secadora es otra práctica que deteriora mucho la ropa, tanto por el roce como por el mismo calor. Y, desde luego, la lavadora es otra gran consumidora de energía. Por eso la mejor opción es siempre tender la ropa al sol para su secado. Es gratis, no tiene gasto energético alguno y no daña las fibras. Sin embargo, tampoco conviene dejar la ropa delicada mucho tiempo tendida al sol si se trata de ropa de color, pues puede despigmentarla.
10. Y un “bonnus” con el que ganarás tiempo libre: Planchar se ha pasado de moda
¡De verdad! Tiende la ropa con cuidado, evitando arrugarla en exceso, guárdala inmediatamente después de descolgarla y verás que, al menos para la mayor parte de las prendas, no te hará falta.
Planchar la ropa puede dañarla (sobre todo si son tejidos sintéticos o muy delicados) y es un consumo energético cien por cien prescindible. ¡Además podrás usar ese tiempo en cosas más constructivas!
A modo de conclusión
Alargar la vida de nuestra ropa es ahorrar dinero, optimizar el uso de los recursos que se han invertido en fabricarla y transportarla, reducir su impacto ambiental y evitar residuos superfluos. Por eso, si queremos lavar la ropa de forma sostenible, la prioridad debería ser hacerlo de la forma que resulte más respetuosa con la propia prenda. Si partimos de aquí, seguramente también estaremos reduciendo, aún sin saberlo, el impacto ambiental directo de su lavado.
*Todas las fotos de este artículo son de Anastasiia Matkovska
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